Te prometo que no lo volveré a hacer. Algún día seré capaz de
envolver mi corazón de un material tan resistente al que ni siquiera te
podrás acercar. Conseguiré borrar todo rastro de empatía y seré
fuerte, tanto como para no derramar ni una lágrima más. Porque duele,
pero te aseguro que el dolor se irá.
Pero por favor, te
pongo una única condición: no me pidas que desaparezca de tu vida,
porque al menos eso es lo que me mantiene con vida para seguir
enfrentando a los monstruos que aparecen de la nada y derrumban mi
ciudad.