Llorar es demasiado fácil. Eso ya lo he hecho yo mil veces y no sirve de nada.

Los débiles, los fuertes, los falsos, y todos los demás, no importa quien, tienen un punto en la vida en el que salen de su concha.

La gente empezará a romperse en algún momento de su vida sólo porque ha sufrido tanto dolor, sosteniendolo y callandolo por tanto tiempo, y, finalmente, hay un punto en que no podían soportarlo más. No importa como seas, llegará un momento de tu vida en el que te rompas en mil pedazos.

Solo tú eres capaz de dejarlos como están o volverlos a unir. Solo tú eres capaz de hacer que esto te destruya o usarlo de combustible para alimentar tus sueños. Solo tú. TÚ.

Y recuerda que todo el mundo tiene un momento en el que se derrumba fácilmente.

Nos acojona arriesgar

Intentar seguir. Pase lo que pase. Intentando aislarte de tu mundo, porque tienes miedo, otra vez. Miedo a todo lo que está pasando a tu alrededor. A que no puedas controlar todo lo que te está pasando, y al final todo acabe mal. Miedo a cada una de las reacciones de tu exterior. Miedo de tener que echar de menos todo lo que te rodea. Miedo a cada uno de los cambios que están ocurriendo en ti, y en la gente que quieres..

Hay algo que consigue que estés siempre temblando, que miles de escalofríos recorran tu cuerpo a cada minuto que pasa. No puedes parar, porque cada vez es más seguido. El miedo te invade, cada vez más, y no puedes evitarlo. No quieres que pase nada de lo que temes. No quieres que nada de lo que te rodea cambie. Pero no puedes evitarlo.
Sé que no se trata de ajustarte a los cambios, ni de aprender a vivir sin alguna persona, sólo se trata de recordar sin que te duela, y eso para mi.. Es un imposible.